Reseña de El Tesoro de los Dragones

Los jugadores son dragones que viven no muy lejos de una rica campiña por la que les gusta alborotar cuando hace buen tiempo. Al igual que los humanos, el propósito en la vida de un dragón es acumular oro y cosas brillantes. También como los humanos, los dragones tienden a olvidar los verdaderos placeres de la vida, como la comida.

El Tesoro de los Dragones es un juego diseñado por de Bruno Faidutti, e ilustrado por David Cochard, y que se publica en castellano bajo el sello editorial Tranjis Games, a quienes agradecemos habernos facilitado una copia del juego para la reseña.

El juego está diseñado para 3 a 6 jugadores, recomendado para más de 8 años, y con una duración aproximada de 30 minutos por partida.

A continuación listamos los componentes del juego:

  • 6 tarjetas de ayuda
  • 1 libreta de puntuación
  • 6 fichas de dragones
  • 104 cartas de tesoro

Además, compartimos un vídeo que preparamos en nuestro canal con la presentación y unboxing del juego.

En El Tesoro de los Dragones cada jugador representa ser un dragón saqueando y acumulando más riqueza, llevando su botín a una cueva pero sin descuidarse de la importancia de alimentarse para evitar caer en la inanición, y el dragón con el mejor botín será el ganador de la partida.

Mecánica

El juego, en función del número de jugadores, se desarrolla en tres o cuatro rondas y cada una representa un año en la vida del dragón. En cada turno, cada dragón debe saquear y acumular más riqueza, o llevar su parte del botín a una cueva en la montaña. El dragón con el botín más atractivo al final de la partida será el ganador.

Cada jugador elige una ficha de dragón y una tarjeta de ayuda, después se baraja todas las cartas y se dividen en varios mazos, más o menos iguales, colocados bocabajo, dependiendo del número de jugadores. Se coloca un mazo de cartas en el centro de la mesa, representando lo que los dragones saquearán este año y el resto de mazos se dejan a un lado de momento. Se muestran del mazo central tantas cartas como jugadores haya y se colocan bocarriba en círculo alrededor del mazo para formar las pilas de tesoro.

La primera ronda la comienza el jugador más joven, y el juego continúa en el clásico sentido horario. Durante su turno, cada jugador puede llevar a cabo una de las siguientes acciones:

  1. Robar una carta y añadirla a cualquier pila de tesoro: El jugador activo muestra la primera carta del mazo y la coloca bocarriba en la pila de tesoro de su elección. Solo la carta superior de cada pila de tesoro es visible, y los jugadores no pueden rebuscar en ninguna de las pilas.
  2. Colocar su dragón sobre una pila de tesoro: El jugador activo coloca su ficha de dragón sobre una pila de tesoro que no tenga ya un dragón encima. No puede haber más de un dragón en una pila y no puede añadirse ninguna carta a una pila que ya tenga un dragón encima.

Cuando todos los jugadores a excepción de uno hayan escogido, el último jugador toma todas las cartas que queden en la última pila de tesoro y en el mazo central. Los jugadores recuperan sus fichas de dragón y colocan las cartas de su pila elegida bocarriba frente a ellos, a la vista de todos.

Seguidamente, se coloca el mazo del nuevo año en el centro de la mesa y se muestran tantas cartas del mazo como número de jugadores para iniciar las nuevas pilas de tesoro. El jugador a la izquierda del último jugador del año anterior empieza la nueva ronda, y así hasta alcanzar el número de rondas previsto para el número de jugadores. Por último, tras finalizar el último año se cuentan los tesoros.

Primero, los jugadores deben contabilizar los animales que tienen antes de puntuar sus tesoros. En función del número de jugadores se eliminan uno o dos jugadores que tengan menos vacas y/o ovejas, y se calcula el valor de los tesoros en una hoja de puntuación anotando sus puntos obtenidos en base a los diferentes valores, individuales o de conjunto, de monedas de oro, gemas, abrillantador, espadas, yelmos y corazas, o incluso, el anillo único.

El juego además incluye algunas variantes que añaden rejugabilidad modificando las reglas para crear modos de juego diferentes:

  • Menos memoria, en el que se juega un año más.
  • Cartas vistas, en el que se coloca las cartas de cada pila de tesoro en fila, permitiendo a los jugadores ver qué hay en la pila.
  • Más control y algo de faroleo, en el que los jugadores comienzan cada año con una carta en su mano oculta a los demás jugadores. Cuando el jugador activo robe una carta, primero se la lleva a la mano, y juega una de las dos cartas sobre una pila. Al final del año, cada jugador añade esa carta que les queda en mano a su tesoro.

Opinión

El Tesoro de los Dragones es un filler de cartas con mecánicas de draft, set collection y push your luck. Un cóctel de mecánicas que lo convierten, junto con su temática, en un juego rápido, divertido, y de fácil acceso para introducir jugadores nuevos, tanto como para jugarlo en familia, pero que seguro que gustará a los jugones más veteranos.

El nivel de interacción entre jugadores es muy sutil, ya que no atacaremos directamente a los adversarios, pero si podemos observar dónde añaden cartas, memorizar sus jugadas e intentar hacerles modificar su estrategia con nuestra colocación de cartas o bien, intentar robarles el mazo que creamos que se están preparando para llevarse a su cueva.

La rejugabilidad es buena, con sus solo 104 cartas, se generan muchas combinaciones posibles para jugar infinitas partidas a este juego aunque, al fin y al cabo, variará siempre ligada al azar de las cartas que vayan apareciendo y a la estrategia seguida por cada jugador, por lo que recomendamos no emplear siempre la misma táctica y cambiar vuestros objetivos para despistar a los demás jugadores.

El aspecto gráfico del juego es de una línea estética familiar, sencillo pero divertido, con unos peones de los dragones muy chulos, y con cartas muy coloridas para ser agradables a la vista y sin despistar la atención con ilustraciones que no aporten un valor específico.

Personalmente, nuestras impresiones después de las primeras partidas son de ser muy divertido y cumplir con el objetivo de ser un buen filler, un juego ágil de jugar y fácil de explicar y que, por su sencilla mecánica, podemos recomendarlo como juego familiar, para jugarlo en sobremesas o con los más pequeños de la casa, y como juego introductorio para los menos habituados a juegos de mesa modernos.

Espero que hayáis disfrutado de la entrada tanto como yo, hasta la siguiente entrada…

También como los humanos, los dragones tienden a olvidar los verdaderos placeres de la vida, como la comida.

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